Ya he dicho que si tengo una palabra siempre en la boca, esa palabra es: GRACIAS. Y hoy, tengo que tenerla de nuevo muy presente.
Dicen que "cuando una puerta se cierra, se abre una ventana", y esa ventanita, (que en realidad es una ventana muy grande) es la que está provocando que sonría, y conteniendo en muchos momentos las lágrimas.
No tengo muy claro si creo en el destino o no (tal vez un día escriba sobre esto), tampoco sé qué pensar sobre las casualidades. Porque algunas parecen tan puestas aposta, que me parece increíble que de verdad no estén puestas ahí por alguien; porque si no llegan en un momento exacto del tiempo, y un lugar muy concreto, no sucederían; y son cosas que, por narices tenían que pasar. Como las personas que entran en tu vida, de repente, sin avisar. Un día llegan, aparecen, y no somos conscientes que ese instante va a cambiarlo TODO. Cuando crees que lo estás pasando mal, o bien, y que nadie puede entender exactamente, y digo EXACTAMENTE, lo que estás viviendo... Entonces llegan, y te das cuenta que no estás sola en el mundo.
Y el querer sacar adelante a esa persona, se hace más fuerte que tu propia pena. Y entonces, ya vuelves a tener un motivo por el que luchar, por el que sonreír. Y da igual si es una casualidad o no, lo importante es haberos cruzado en el camino, y que a partir de ese momento, es un camino que recorrer juntos.
Gracias.
Y gracias también a "Lejos del paraíso", y todos aquellos que llenan, o por lo menos intentan llenar, mis días, de sonrisas.
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