jueves, 6 de marzo de 2014

Sin pedir permiso.

Y sin pedir permiso, se ha colado también en sus sueños . Por si fuese poco luchar a lo largo del día contra todo pensamiento en el que de repente, se cuela ÉL. 
Lo peor es que se despierta con una sonrisa, hasta que se da cuenta que nada de eso es real, mira el móvil y por supuesto, no hay ninguna novedad. 
Lo que propició que la situación fuese fácil ahora se ha convertido en todo lo contrario; es precisamente eso lo que no le deja dar un último, y casi desesperado, paso; eso es lo que le impide jugársela y decirle toda la verdad y luego ya que salga el sol por dónde sea... 
¿Y qué pensaría él si lo supiese? ¿Cuál sería la reacción? 
Si no hay nada que pueda impedir que se vuelva a colar en sus sueños por la noche, por suerte, los pensamientos a lo largo del día se pueden controlar, y el mantenerse tan ocupada lo hace más fácil. 

1 comentario:

  1. Una de las pruebas más claras de lo incorrecto que puede llegar a ser "lo correcto" es ver cómo tus propios sueños toman el camino contrario por su cuenta y te arrastran en su dirección. Engañar a la gente puede llegar a ser muy fácil, incluso hasta puedes hacer creer a ESA persona que quieres alejarte de ella, hacerte el fuerte y que parezca que lo tienes muy claro. Lo puedes hacer tan bien que hasta llegue a creérselo, y vaya... y te haga caso. Pero uno no puede engañar a sus sueños, ésa es la letra pequeña. Nada que no sepas ya.

    "Hoy soñé que te tenía otra vez entre mis brazos. De saber que no era más que un sueño, no me habría despertado. Así que, si hoy amaneces y los pies te están doliendo, es porque estuviste toda la noche caminando por mis sueños." (Nacho Vegas)

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