martes, 11 de marzo de 2014

11-M


Parece increíble que ya hayan pasado 10 años porque recuerdo ese día con todo lujo de detalles. Recuerdo perfectamente cómo dimos la primera clase (educación física) porque la dábamos en el gimnasio un poco "aislados" del resto del colegio. Y como al subir al examen de biología nos fuimos enterando poco a poco de la magnitud que había tenido el atentado. Recuerdo perfectamente como viví cada uno de los momentos, como hasta la tarde no volví a casa y me enteré que mi tío solía coger ese tren habitualmente, pero que ese día decidió ir en coche a trabajar. 
Recuerdo y sigo teniendo la misma impotencia que sentí aquellos días, sigo sin entender como se puede organizar fríamente el asesinato de tantas personas inocentes, personas que jamás habían visto y que por tanto, jamás les podían haber hecho nada malo. 
Ese día una parte de todos nosotros iba en esos trenes. Una parte de nosotros se fue para siempre aquel día junto a las víctimas.
Ese día, se demostró también que todavía queda gente buena por el mundo. Bomberos, médicos, taxistas, y personas de a pie que simplemente pasaban por allí aquel día, y no se pensaron dos veces el meterse de lleno en aquella tragedia y dar todo lo que podían de sí mismos para ayudar. Supongo que una persona no sabe bien cómo reaccionaría ante algo así hasta que no se viese en la situación; pero me parece un acto de generosidad increíble, porque lo que vieron y escucharon supongo que es algo que todavía no han podido olvidar, y seguramente sus vidas han quedado marcadas para siempre. Pero en ese momento ayudar, salvar a los que pudiesen, estaba por encima de todo. 
Jamás les vamos a olvidar. Una parte de nosotros se fue con ellos, pero una parte suya estará con nosotros para siempre. 

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