Después de mucho tiempo nos hemos buscado de nuevo.
Seguramente se nos va de las manos, y cualquiera que conozca mínimamente esta historia, se quedaría sin palabras al ver la situación. Pero en ese momento todo razonamiento lógico importa poco, da igual que para el resto del mundo esto no sea lo normal, de hecho, da igual que para nosotros tampoco lo sea.
Tú haces que no piense en todos esos días de tanto dolor por ti causado. Yo hago que olvides que separaste nuestros caminos.
Y ambos sabemos que esto tiene hora de caducidad, que cuando me dejes en mi portal cada uno seguirá con su vida; que incluso ante algunas personas haremos como que esto no ha pasado.
Pero en realidad esto no es una cena cualquiera que se pueda olvidar, porque ahora todo se ha movido de nuevo, y las preguntas vuelven a nuestras vidas.
Hay que hacer lo posible por no pensar en ello demasiado, pues cuando se intenta contestar alguna de esas dudas objetivamente, acaban llevando a otras, y estas, a otras nuevas...
Lo que cuenta, es que aunque después de esa cena nos sintamos capaces de todo, al final acaban pasando los días sin que le echemos narices y esas ganas de comerse el mundo se van apagando o escondiendo de nuevo, esperando, quizás, hasta el próximo encuentro.
Mientras no nos alejamos, al menos no demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario