07.Octubre.2013 Otro día
importante en este año. Porque a veces, ver cumplir los sueños a las personas
que te importan, es hasta más bonito que cumplir los nuestros propios.
Y mientras escribo esto, no puedo
evitar tener una sonrisa en la cara.
Porque desde el primer momento
que te conocí, supe que habías nacido para esto; para estar detrás de un micro.
Porque a medida que te he ido conociendo, esta idea se ha ido confirmando, no
has dejado de darme razones, y no lo he dudado nunca.
Sin conocer a mucha gente (por no
decir a nadie) de este mundillo, al verte y sobre todo al escucharte, pensé que
esa era la manera de hacerlo. Porque creo que es bonito sacar una sonrisa sólo
con tus palabras y tu voz a personas que no conoces; personas, que quizá no
tengan su mejor día, o estén malas (como era mi caso)… Y tú, (repito) sin
conocerlas de nada, tenías y tienes el poder de hacer que se fuesen con una
sonrisa a casa. Te lo dije esa vez, y desde entonces te lo he recordado de vez
en cuando para que no se te olvidase: TIENES MAGIA. No creo que cualquiera
tenga ese poder; y una vez más te doy las gracias, por tenerla y por
compartirla con todo el mundo en cada paso que das y en todo lo que haces.
Porque creo que hoy empiezas a
estar en el lugar en el que debes estar. Un lugar que te has ganado tú solito,
y por el que has luchado muchísimo.
Pocas veces es fácil el camino, y
desde luego el tuyo no lo ha sido. Miles de dificultades se han cruzado. Seguramente,
muchos en tu lugar habrían tirado la toalla. Sin embargo, tú has ido creciendo
en cada caída, y siempre te has levantado y continuado con ese camino que
decidiste comenzar un día.
Y al final se ha cumplido, “tu
voz y mis oídos se han vuelto a cruzar en el camino”, y tengo la seguridad de
que va a seguir siendo así mucho tiempo. Porque esto es sólo el principio.
Porque hoy es sólo el primer día
del resto que están por venir, y que como éste, van a estar llenos de gente que
te apoya, y que te escucha.
Porque cuando he encendido la
radio y he escuchado tu voz se me ha escapado una sonrisa y un suspiro, un
suspiro que significaba: “por fin”, “por fin está ahí”, “ya está, lo ha
conseguido”. Y es que con tantas dificultades, con nuevas caídas que llegaban
cuando ni siquiera acababas de reponerte de la anterior, más de un día y más de
una noche tuve una sensación parecida al miedo; miedo a que te rindieras, a que
tú también tirases la toalla y decidieses coger otro camino. Porque yo sabía
que esto iba a terminar pasando, que encontrarías tu lugar.
A si que me permito el lujo de
poder decir que me siento orgullosa de ti, de dónde estás, de dónde has
llegado, de decir que mi SB ha cumplido su sueño, y que SE LO MERECE, con todas
las letras.
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